El niño de cuatro años fue golpeado en la cabeza por una biga metálica y se mantiene con graves secuelas hasta el día de hoy. Su familia deber reunir $25 millones para costear una compleja cirugía.
Fue en agosto de 2024 cuando una tarde familiar en una atracción de laberinto ubicada en San Fernando terminó en tragedía y dejó a Martín, de 4 años, gravemente herido.
Según relató su madre, Carolina Vargas, el accidente ocurrió cuando una biga de metal cayó sobre el pequeño, su padre y otro niño mientras recorrían el lugar.
“No podía creer que un día en que la pasamos tan bien hubiera terminado así”, señaló la madre al recordar el accidente.
Según detalló Vargas, en el momento del hecho Martín se encontraba con su padre en otro sector del laberinto.
“Mi marido nos gritó: 'Cuidado'. Y en ese trayecto cayó esta cosa sobre el juego”, explicó.
Tras esto, “la gente empezó a gritar, y de repente mi hija corre y me dice: Mamá, mi papá está muerto”, relató.
La biga metálica había golpeado y dejado inconscientes a su marido y su hijo.
“Empiezo a correr con Martín, porque el niño no reaccionaba, llegué a la entrada y una persona me dijo señora súbase, yo la llevo”, agregó.
Según explicó la mujer, una vez en el hospital el pequeño quedó en coma, debido a la magnitud del impacto que sufrió en su cabeza.
Más tarde llegó su marido, quien recuperó la conciencia media hora después del golpe.
Según explicó Carolina y su marido, el dueño del lugar estuvo presente los primeros días tras el accidente.
“Me dijo que si tocaba hacer algo nosotros vamos a estar de su lado, los vamos a apoyar. Nunca más supe de él”, acusó.
Tras el accidente, el pequeño perdió el 80% de la visibilidad de un ojo, la movilidad de un brazo y debió volver a aprender a caminar.
Hoy, su familia deben reunir $25 millones para financiar una cirugía de prótesis de cráneo lo antes posible.
Esta es la cuenta para aportar a la cirugía de Martín.