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13/05/2025 
18:16
El principal sospechoso del crimen de María José Zambra, ocurrido en 2019, siempre estuvo en las carpetas del Ministerio Público e incluso declaró en la causa, pero no fue hasta la muerte de Ana María Pizarro que una pista clave salió a la luz.
El crimen de María José Zambra, una mujer de 30 años asesinada y descuartizada en 2019, conmocionó y quedó para siempre en la retina de los habitantes de La Serena.
En cinco años la investigación no avanzó y pronto quedó en el olvido. Hasta ahora. La investigación del asesinato de Ana María Pizarro, ocurrido hace unas semanas, llevó la pesquisas a unir antecedentes con un caso que nunca tuvo resoluciónuelto.
Con un patrón similar y una pista clave -no considerada por Fiscalía hace unos años- se permitió vincular ambos ilícitos y sospechar de un único hombre: José Alejandro Medina.
El principal sospechoso del asesinato de María José Zambra siempre estuvo en las carpetas del Ministerio Público e incluso declaró en la causa.
Resulta que, dos semanas después del hallazgo del cuerpo descuartizado de Zambra en 2019, el chip de su teléfono se había reactivado.
Su poseedora era nada más y nada menos que Ana María Pizarro, víctima del mismo sujeto -según señala la investigación en curso- y en circunstancias similares.
En ese entonces, la mujer de 56 años fue entrevistada por la policía, colaboró con la investigación y declaró que el chip se lo había pasado su pareja, el propio José Medina.
En esa oportunidad, señaló haber comprado el dispositivo en una feria. La policía le creyó y pronto pasó a ser un antecedente más en una investigación que no arrojó ningún resultado.
Ahora, esta pista es clave para sindicar a Medina como presunto responsable de ambos episodios.
El sujeto fue recientemente detenido en Carabobo, Venezuela, y formalizado por la justicia chilena en ausencia, a la espera de una eventual extradición a Chile.
